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miércoles, 27 de enero de 2016

Agricultura Ecológica



¿Qué es la Agricultura Ecológica?

La Agricultura Ecológica es un sistema de producción agraria y ganadera que utiliza técnicas más respetuosas con el medio ambiente y prescinde de la utilización de sustancias químicas de síntesis, como pesticidas, fertilizantes y aditivos, con el objetivo de obtener alimentos naturales y con todas sus propiedades nutritivas y, a la vez, minimizar los efectos negativos sobre el Medio Ambiente.

La producción ecológica está regulada por una estricta normativa de la Unión Europea, que recoge exigencias en materia de producción vegetal, animal, así como de inspección, certificación y etiquetado. Los alimentos ecológicos están sometidos a unos controles adicionales, realizados por entidades de certificación autorizadas e independientes, que garantizan su autenticidad.




Para identificar un alimento ecológico hay que recordar que la sola mención de los términos “ecológico”, “eco”, “biológico”, “Bio” y “orgánico” está reservada en exclusiva a los alimentos procedentes de la agricultura ecológica. En el etiquetado de estos productos, debe aparecer el nombre o código de la entidad que certifica la autenticidad del producto, que puede estar acompañado de diversos logotipos, entre ellos el europeo.

El sistema de control y certificación de la producción ecológica se aplica a lo largo de toda la cadena, desde el campo y la granja, hasta que el producto queda listo para la venta al consumidor final. Así, el sistema de control específico de la producción ecológica acaba en la empresa que realiza el envasado del producto o en el caso de los productos que se venden.




¿Qué es un producto Ecológico, Biológico y Orgánico?

Para reconocer un alimento como ecológico hay que recordar que los términos “ecológico”, “eco”, “biológico”, “Bio” y “orgánico” están reservados en exclusiva a los alimentos procedentes de la agricultura ecológica. En el etiquetado de estos productos debe aparecer el logotipo identificativo.




¿Por qué la Agricultura Ecológica? 

Son alimentos naturales y con todas sus propiedades nutritivas. En la producción de alimentos ecológicos no se emplean sustancias químicas de síntesis y en su elaboración no se utilizan organismos modificados genéticamente. Este particular método de elaboración garantiza que los alimentos conservan sus propiedades nutritivas y son de la mayor calidad.




Por su sabor y diversidad. Los productos ecológicos además de ser sabrosos cubren una gama amplísima, desde las tradicionales frutas y hortalizas frescas, hasta la miel, las carnes, las conservas, los quesos y embutidos, el vino, el aceite de oliva,... La variedad está asegurada.

Son de calidad certificada. Además de los controles oficiales que se efectúan a todos los alimentos, los productos ecológicos son objeto de una certificación adicional que garantiza la autenticidad de su origen ecológico. En los alimentos ecológicos la trazabilidad y autenticidad está garantizada.

Beneficios para el medioambiente: 

De producción sostenible. Es un medio de producción agraria y ganadera sostenible, que hace un uso racional de los recursos naturales y no los compromete para generaciones futuras.

Evitan la contaminación y favorecen la biodiversidad. Los alimentos ecológicos, al prescindir de sustancias químicas, evitan la contaminación del aire, suelo y agua. Además, al emplear técnicas más respetuosas, genera un aumento de la actividad biológica del suelo.

Contribuyen al desarrollo de las zonas rurales. La agricultura ecológica requiere un mayor volumen de trabajo, por lo que genera empleo en las zonas rurales.

Tenéis más información sobre el tema en el sitio web del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

Enlace externo: agricultura ecologica UE



Web CCL Fruit: www.cclfruit.es

Tienda Bionative: http://cclfruit.es/tienda/es/

jueves, 14 de enero de 2016

Cinco gestos eco amigables en la oficina

Poner en práctica eco gestos es más sencillo de lo que pueda parecer. Con la ventaja añadida de que hacerlo nos ayuda a economizar electricidad, agua, papel…

En este post encontrarás ideas que pueden aplicarse fácilmente en el día a día en la oficina o que, por ejemplo, requieren una pequeña inversión que acabará saliéndonos a cuenta. Es el caso de las bombillas de bajo consumo, de las regletas con interruptor, de los ventiladores o, pongamos por caso, de los dispositivos para el grifo que permiten ahorrar caudal de agua.

Idealmente, los siguientes cinco eco-gestos deben aplicarse de forma conjunta. Sin embargo, también es interesante tenerlos en cuenta para su uso de forma aislada. Como es bien sabido, en los lugares de trabajo no siempre se tiene una total autonomía, pero muchas de las propuestas ayudan a gastar menos, con lo que probablemente sea más fácil conseguir su aceptación.

 

1. ¿Qué puedo hacer con la impresora?

A la hora de adquirirla puede ser interesante optar por una de segunda mano y, si nos pudiera ser útil un equipo multifunción, también será un opción verde. Eso sí, estemos atentos a su consumo de energía. 

Cuando no se utilice, apaguémosla, incluyendo el modo en espera. Evitemos el consumo vampiro cuando acabe la jornada laboral con una regleta que incluye interruptor, a la que conectaremos distintos equipos.

Apagarlos todos a la vez será tan fácil como presionar el interruptor, y al día siguiente hacer justo lo contrario, sin más complicaciones. Un pequeño gesto que nos ahorrará alrededor de un 30 por ciento de la factura de la luz.

Y, por supuesto, cuando sea posible imprimamos a dos caras y usemos papel reciclado. O, todavía mejor, no imprimamos si no es necesario o seamos selectivos y seleccionamos solo los párrafos que nos interesen.

Elegir un papel de gramaje mínimo, un tipo de letra que gaste menos tinta y no abusar de las negritas también sumará puntos verdes. Puede parecer insignificante, pero a largo plazo se nota la diferencia en el consumo de tinta, electricidad y papel. 

2. Una iluminación verde

La luz natural siempre será la más ecológica, qué duda cabe. Pero el sol, esa gran bombilla, no siempre es fácil de llevar allí donde conviene. Además, cuando la luna anuncia su llegada, muy caballero él, le cede todo el protagonismo, con lo que nos quedamos a oscuras.

Las bombillas son una gran alternativa, pero encendiéndolas hacemos un flaco favor al planeta y al bolsillo. La solución, invertir en bombillas de bajo consumo y elegir la idónea en cada caso. Es decir, no solo es importante elegir una lámpara eficiente sino también con la potencia necesaria para el lugar que queremos iluminar. 

Por ejemplo, mientras una bombilla de 5 W es suficiente para ver la televisión para trabajar o leer se necesitará una bombilla de 20 W que equivale a 100 W de las normales. Básicamente, a la hora de elegirlas optemos por las que más economicen (representan entre un 75 y 80 por ciento por ciento de la economía de energía en relación a una bombilla incandescente), adaptadas al uso y teniendo en cuenta la iluminación que logramos sumando varias.

3. Tirar los desechos

En la oficina se utilizan muchos objetos y equipos electrónicos que, como desechos, requieren un tratamiento especial. El papel que ya no pueda reutilizarse se tirará en el contenedor azul. 

Los cartuchos de tinta o tóners contienen sustancias tóxicas altamente contaminantes por lo que requieren reciclarse. Los cartuchos recargables limitan los desechos de forma importante y también ayudan a ahorrar. 

En caso de no usar recargables, deberemos remitirlos donde nos indiquen sus fabricantes. Suele haber instrucciones en el mismo paquete y en muchas ocasiones hacerlo se premia con un descuento. 

4. Reutilizar y reparar

Las tres erres de la ecología (reducir, reutilizar y reciclar) son también una máxima para su uso en la oficina. Reutilizar significa, por ejemplo, utilizar las hojas imprimidas por la otra cara. Guardemos el papel imprimido y usémoslo para escribir notas personales o para hacer impresiones por la otra cara. 

Son muchas las situaciones que requerirán tomas decisiones. Entre tirar y conservar, siempre será mejor lo segundo, ya sea reparando una avería o dándole un uso alternativo a un determinado objeto. 

Las tazas reutilizables, por ejemplo, las típicas tazas de cerámica con su asa, son una excelente alternativa a los vasitos desechables. Del mismo modo, la pausa del café será más ecológica si evitamos los saquitos individuales de azúcar o las cucharitas de plástico desechables. 

5. Ordenador durable y bajo consumo

Hacer durar el ordenador lo máximo posible no solo depende del uso sino de la misma elección del aparato. Éste ha de adaptarse a nuestras necesidades y tener el eco etiqueta europea (Ecolabel). 
 
Cuanto menos tiempo esté encendido, más durable será. También podemos programar el modo de economía de energía y si vamos a cambiar de equipo démosle una segunda vida. 

A la hora de navegar, optimizar las búsquedas también es otra manera de ser ecológicos. Entre otros trucos, añadiendo los sitios más consultados a favoritos o añadiendo la dirección de forma directa en la barra de navegación. Es decir, evitamos pasar primero por el buscador correspondiente. 

Igualmente, en el envío de emails adjuntemos documentos lo más ligeros posible. Aprovechemos las opciones de pdf de baja resolución o ficheros comprimidos, pongamos por caso.