Poner en
práctica eco gestos es más sencillo de lo que pueda parecer. Con la ventaja
añadida de que hacerlo nos ayuda a economizar electricidad, agua, papel…
En este post
encontrarás ideas que pueden aplicarse fácilmente en el día a día en la oficina
o que, por ejemplo, requieren una pequeña inversión que acabará saliéndonos a
cuenta. Es el caso de las bombillas de bajo consumo, de las regletas con
interruptor, de los ventiladores o, pongamos por caso, de los dispositivos para
el grifo que permiten ahorrar caudal de agua.
Idealmente,
los siguientes cinco eco-gestos deben aplicarse de forma conjunta. Sin embargo,
también es interesante tenerlos en cuenta para su uso de forma aislada. Como es
bien sabido, en los lugares de trabajo no siempre se tiene una total autonomía,
pero muchas de las propuestas ayudan a gastar menos, con lo que probablemente
sea más fácil conseguir su aceptación.
1. ¿Qué puedo hacer con la impresora?
A la hora de
adquirirla puede ser interesante optar por una de segunda mano y, si nos
pudiera ser útil un equipo multifunción, también será un opción verde. Eso sí,
estemos atentos a su consumo de energía.
Cuando no se
utilice, apaguémosla, incluyendo el modo en espera. Evitemos el consumo vampiro
cuando acabe la jornada laboral con una regleta que incluye interruptor, a la
que conectaremos distintos equipos.
Apagarlos
todos a la vez será tan fácil como presionar el interruptor, y al día siguiente
hacer justo lo contrario, sin más complicaciones. Un pequeño gesto que nos
ahorrará alrededor de un 30 por ciento de la factura de la luz.
Y, por supuesto, cuando sea posible imprimamos a dos caras y usemos papel reciclado. O, todavía mejor, no imprimamos si no es necesario o seamos selectivos y seleccionamos solo los párrafos que nos interesen.
Y, por supuesto, cuando sea posible imprimamos a dos caras y usemos papel reciclado. O, todavía mejor, no imprimamos si no es necesario o seamos selectivos y seleccionamos solo los párrafos que nos interesen.
Elegir un
papel de gramaje mínimo, un tipo de letra que gaste menos tinta y no abusar de
las negritas también sumará puntos verdes. Puede parecer insignificante, pero a
largo plazo se nota la diferencia en el consumo de tinta, electricidad y papel.
2. Una iluminación verde
La luz
natural siempre será la más ecológica, qué duda cabe. Pero el sol, esa gran
bombilla, no siempre es fácil de llevar allí donde conviene. Además, cuando la
luna anuncia su llegada, muy caballero él, le cede todo el protagonismo, con lo
que nos quedamos a oscuras.
Las
bombillas son una gran alternativa, pero encendiéndolas hacemos un flaco favor
al planeta y al bolsillo. La solución, invertir en bombillas de bajo consumo y
elegir la idónea en cada caso. Es decir, no solo es importante elegir una
lámpara eficiente sino también con la potencia necesaria para el lugar que
queremos iluminar.
Por ejemplo,
mientras una bombilla de 5 W es suficiente para ver la televisión para trabajar
o leer se necesitará una bombilla de 20 W que equivale a 100 W de las normales.
Básicamente, a la hora de elegirlas optemos por las que más economicen
(representan entre un 75 y 80 por ciento por ciento de la economía de energía
en relación a una bombilla incandescente), adaptadas al uso y teniendo en
cuenta la iluminación que logramos sumando varias.
3. Tirar los desechos
En la
oficina se utilizan muchos objetos y equipos electrónicos que, como desechos,
requieren un tratamiento especial. El papel que ya no pueda reutilizarse se
tirará en el contenedor azul.
Los
cartuchos de tinta o tóners contienen sustancias tóxicas altamente contaminantes
por lo que requieren reciclarse. Los cartuchos recargables limitan los desechos
de forma importante y también ayudan a ahorrar.
En caso de
no usar recargables, deberemos remitirlos donde nos indiquen sus fabricantes.
Suele haber instrucciones en el mismo paquete y en muchas ocasiones hacerlo se
premia con un descuento.
4. Reutilizar y reparar
Las tres
erres de la ecología (reducir, reutilizar y reciclar) son también una máxima
para su uso en la oficina. Reutilizar significa, por ejemplo, utilizar las hojas
imprimidas por la otra cara. Guardemos el papel imprimido y usémoslo para
escribir notas personales o para hacer impresiones por la otra cara.
Son muchas
las situaciones que requerirán tomas decisiones. Entre tirar y conservar,
siempre será mejor lo segundo, ya sea reparando una avería o dándole un uso
alternativo a un determinado objeto.
Las tazas
reutilizables, por ejemplo, las típicas tazas de cerámica con su asa, son una
excelente alternativa a los vasitos desechables. Del mismo modo, la pausa del
café será más ecológica si evitamos los saquitos individuales de azúcar o las
cucharitas de plástico desechables.
5. Ordenador durable y bajo consumo
Hacer durar
el ordenador lo máximo posible no solo depende del uso sino de la misma
elección del aparato. Éste ha de adaptarse a nuestras necesidades y tener el eco
etiqueta europea (Ecolabel).
Cuanto menos
tiempo esté encendido, más durable será. También podemos programar el modo de
economía de energía y si vamos a cambiar de equipo démosle una segunda vida.
A la hora de
navegar, optimizar las búsquedas también es otra manera de ser ecológicos.
Entre otros trucos, añadiendo los sitios más consultados a favoritos o
añadiendo la dirección de forma directa en la barra de navegación. Es decir,
evitamos pasar primero por el buscador correspondiente.
Igualmente,
en el envío de emails adjuntemos documentos lo más ligeros posible.
Aprovechemos las opciones de pdf de baja resolución o ficheros comprimidos,
pongamos por caso.
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